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Vihucas&+Blog

colección familiar 2006


En mitad de la viña, en mitad de la noche, con los ojos cerrados se percibe mejor el verde de las pámpanas y la negrura violácea de las uvas.

Al abrir los ojos, fuera del foco del tractor, la noche devieve un paisaje de sombras tan densas que un vendimiador al lado no advertiría mi presencia. A penas yo me veo.

Pienso entonces cuánto de mí, cuánto de mi tierra, llevará un día este vino….

Descubro que es una pregunta sin sentido. Ya desde aquí, en mitad de la viña, en mitad de la noche, me imagino su equilibrio sin estridencias, sin más del sol que de la lluvia, sin más de fruta que de madera, sin más de mí -que lo elaboro- que de tí que lo disfrutas.

Villacañas, durante la vendimia, en la madrugada del 4 de septiembre de 2006