Tanto el corcho como los materiales sintéticos tienen distintas calidades. Los mejores tapones de corcho son los que salen de una sola pieza de la corteza del Alcornoque, que son usados para taponar las mejores botellas de vino. Lo mismo le pasa a los sintéticos, que el de mejor calidad es aquel en el que puedes elegir con precisión el caudal anual de oxigeno. En cualquier caso, los mejores serán los seleccionado para aquellos vinos destinados a la guarda –con el trabajo que lleva hacer el buen vino, no nos podemos arriesgar a perderlo en la fase final!

En la actualidad se está empezando a mejorar la calidad del corcho para hacerlos inertes.

Las botellas de vino destinadas a guardas muy largas suelen necesitar la renovación del tapón de corcho al cabo de una serie de años (20 a 25 años…) Esta es una actividad muy sensible que se suele realizar con supervisión –si la botella es muy cara, incluso con supervisión notarial- y por la propia bodega que elaboró el vino. Este mantenimiento se contrata, en algunas ocasiones, al comprar la botella.

En el otro extremo, para los tapones de botellas con la mínima longevidad, el problema que enfrentamos es diferente: ¿cómo volvemos a meter en la botella un tapón si ha estado muy poco tiempo puesto? Y aquí es cuando os contamos lo último en tapones sintéticos: se trata del  “tapón DUO” que ofrece solución al problema crónico del retapado de las botellas sin mermar las cualidades que debe cumplir un buen tapón. Su diseño permite un tapón de elevada densidad con un ligero rebaje en una de sus caras que facilita su introducción de nuevo en la botella una vez se ha abierto el vino.

Y un último dato curioso: el mayor productor de tapones sintéticos del mundo el pasado año logró vender 160 millones de tapones en el mercado español.