¿Es lo mismo un vino natural que uno ecológico? Aunque los dos términos puedan a priori sonarnos referidos al mismo concepto de respeto por la naturaleza, evidentemente no son lo mismo. De hecho nos encontramos ante dos maneras de hacer vino diametralmente opuestas, lo que se traduce en cierta confusión para el público y en ríos de tinta en las revistas especializadas. ¿A favor o en contra? ¿Son mejores unos que otros? ¿En dónde estriba la diferencia?

Se llaman vinos naturales (término contrapuesto históricamente al de vino artificial) a aquellos vinos obtenidos con el mínimo de intervención posible, tanto en el cultivo del viñedo y la obtención de las uvas como en el proceso de elaboración en bodega y su posterior transformación. El resultado es que el vino sea un fiel reflejo de la tierra donde nace.

A finales del siglo XX, con el boom de la Ecología aplicada a los bienes de consumo (agricultura ecológica, ganadería ecológica, etc), aparecen los denominados vinos ecológicos, en principio más como una etiqueta marketiniana que resalta el tratamiento del cultivo de la uva (Toda vez que no se apoya en pautas firmes que definan su “hacer”, sirva de ejemplo que el año pasado, 2010, se intentó promulgar una norma específica sobre vino ecológico que no obtuvo el respaldo suficiente). Comienza pues un debate entre aquellos viticultores que se suman a la flexibilidad de esta nueva etiqueta ecológica y aquellos que optan por mantener su línea de actuación, más estricta, y seguir creando vinos “a la antigua usanza”.

A día de hoy entendemos por vinos ecológicos aquellos que han sido elaborados con uvas procedentes de agricultura ecológica pero (aquí su flexibilidad) que pueden asimismo haber sido elaborados utilizando todo tipo de técnicas y aditivos dentro de los límites legales.

El vino natural entendido como movimiento nace en Francia, como decimos, en defensa de ese vino auténtico (era una de las maneras de denominar en este país este tipo de vino antes de colgarse el término “natural”). Se considera a Jules Chauvet como el padre de este movimiento por ser uno de los primeros en alzar la voz y difundir el concepto. Durante la década de los 80 publicó una serie de trabajos donde, además de defender la manera artesanal de creación del vino, explicaba todos los detalles del cultivo de vino natural.

Examinemos los requisitos generales, normas de buen hacer, recomendaciones de los expertos de ambos tipos de vino:

Para que un vino sea considerado ECOLÓGICO, el reglamento dentro de la Denominación Genérica “Agricultura Ecológica” indica lo siguiente:

• Los campos de cultivo deben ser abonados con abonos orgánicos naturales, sobre todo los que son de origen vegetal procedente de residuos del propio cultivo, como orujos o sarmientos triturados. Se admite el estiercol de animal y el compost pero quedan totalmente prohibidos los abonos minerales y la quema de los restos del cultivo en aras de conservar la flora microbiana.
• La conservación y el embotellado del vino deben hacerse sin tratamientos y que la vinificación se haga sin el antiséptico y antioxidante SO2.

Para que un caldo se ajuste a las definiciones de VINO NATURAL debe:

• Utilizar uvas procedentes de agricultura ecológica vendimiadas a mano.
• Fermentación alcohólica sin levaduras comerciales añadidas. Fermentación maloláctica sin añadir bacterias.
• No se corrigen los azúcares, la acidez, el color, taninos, nivel de alcohol, etc.
• No se clarifica ni se filtra agresivamente o no se filtra en ningún caso.
• No se estabiliza empleando sustancias químicas o técnicas enológicas.
• No se realiza microoxigenación ni cualquier otro proceso que acelere o simule los procesos naturales.
• No se añade anhídrido sulfuroso o se hace en cantidades inapreciables.

Ha sido en esta primera década del siglo XXI donde el movimiento ha tomado fuerza, en el año 2005 se fundó la Asociación francesa de vinos naturales y en el 2008 la Asociación de Productores de Vinos Naturales de España. Dicha asociación propone estas líneas básicas de actuación como norma para la creación de estos vinos:

• Cultivo respetuoso con el medio.
• Compromiso con el entorno natural
• El viticultor es el autor
• Autenticidad y singularidad
• El anhídrido sulfuroso total no supera los 20 mg
• Se dice lo que se hace y se hace lo que se dice

¿Podemos considerar que hay una guerra entre ambos tipos de vino? Con tantos defensores y detractores de ambos movimientos, nos encontramos en un momento histórico en el que se enfrentan dos maneras de entender – de amar o de vender -el vino. El debate está servido.